La generosidad demuestra que seguimos los pasos de Cristo y que confiamos en Él.

1 Corintios 16.1-4

Todos los mandamientos de Dios son para bien, en especial el que nos pide que demos de lo que recibimos; pues esta es una manera de enseñarnos a vivir como lo hizo Cristo. El Señor fue un dador que además de alimentar a las multitudes, sanar a los enfermos e impartir la verdad a todos los que quisieran escuchar, dio su vida en la cruz para salvar a todos los que creyeran en Él. En su primera carta a los corintios, el apóstol Pablo escribió: “Cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga aparte algo, según haya prosperado, guardándolo, para que cuando yo llegue no se recojan entonces ofrendas” (1 Co16.2). Este versículo contiene dos principios que pueden ayudarnos a convertirnos en las personas generosas que Dios quiere que seamos.

1. Dar es un componente de la adoración. Cuando nos reunimos cada domingo, tenemos el privilegio de devolverle al Señor parte de lo que nos ha dado. Al hacerlo, se nos recuerda nuestra dependencia de Él y su fidelidad. Esta práctica es una manera de reconocer la bondad de Dios, expresar nuestra gratitud y honrarlo.

2. Dar de manera sistemática es mejor. A menos que planifiquemos reservar una porción de lo que recibimos para el Señor, la gastaremos. Apartarla de inmediato es la mejor manera de honrar a nuestro Padre celestial, en lugar de dejarla para lo último y darle las sobras.
Cuando consideramos la grandeza de nuestra salvación y las continuas bendiciones que Dios derrama sobre nosotros cada día, no nos queda más que deleitarnos en ser generosos. La generosidad demuestra que seguimos los pasos de Cristo y que confiamos en Él.

Devocional original de Ministerios En Contacto

El plan de Dios en cuanto a dar

| Blog |
About The Author
-