La deuda es un pecado, una maldición y un espíritu que te hace prisionero, pues te quita la paz, la armonía familiar y el sueño en la noche. Jesús perdonó todos tus pecados y proclamó jubileo en tu alma.

La deuda es un pecado, una maldición y un espíritu que te hace prisionero, pues te quita la paz, la armonía familiar y el sueño en la noche. Jesús perdonó todos tus pecados y proclamó jubileo en tu alma.