Este mundo en constante cambio puede ser un lugar aterrador, sobre todo para las personas que tienen puesta su confianza en sí mismas.

Salmo 46

¿Dónde pone usted su esperanza y seguridad? Si es en los gobiernos, los mercados financieros o la educación, entonces terminará decepcionado. Nuestro mundo siempre está en constante cambio. Gobiernos firmes se derrumban, grandes economías se vienen abajo, e instituciones sólidas se vuelven inestables. En momentos como esos, la gente siente temor e inseguridad. El mundo no se volverá más digno de confianza. Desde la época de la torre de Babel (Gn 11), la gente ha prometido una mejor civilización, pero ningún avance hecho por el hombre ha mejorado la vida de forma permanente. Es verdad que algunas instituciones experimentan períodos en los que la humanidad se beneficia enormemente, pero en última instancia, cualquier parte de la sociedad que desafíe a Dios no durará. La codicia, el orgullo y la concupiscencia han provocado la caída de muchas civilizaciones.

Líderes brillantes y carismáticos pueden prometer un futuro mejor, pero nadie tiene la solución a los problemas del mundo. Solo Cristo puede hacerlo. El Señor vive en nosotros, nos guía en el camino, nos conforta en el dolor, y nos garantiza un futuro eterno de dicha celestial. Este mundo en constante cambio puede ser un lugar aterrador, sobre todo para las personas que tienen puesta su confianza en sí mismas. Pero quienes confían en Dios, pueden tener esperanza y confianza porque incluso en un ambiente de caos, el Señor es el único que sigue siendo el mismo. Su Palabra siempre es verdadera, su poder es absoluto y sus promesas son ciertas. Las instituciones humanas fracasan, pero cuando Jesucristo regrese para gobernar la Tierra, todo cambiará para bien.

Devocional original de Ministerios En Contacto

Esperanza ante un mundo que cambia

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