Los cristianos que persisten en el pecado se abren a una mayor opresión. La confesión y el arrepentimiento del pecado son necesarios para restaurar la comunión con Dios, el cual luego puede romper toda influencia demoníaca.
Los cristianos que persisten en el pecado se abren a una mayor opresión. La confesión y el arrepentimiento del pecado son necesarios para restaurar la comunión con Dios, el cual luego puede romper toda influencia demoníaca.