Al enviar a su Hijo al Mundo, Dios no tuvo la intención de que fuera una celebridad.
Lucas 19.1-9
Al enviar a su Hijo al Mundo, Dios no tuvo la intención de que fuera una celebridad. Cristo vino a servir. Como sus discípulos, debemos seguir su ejemplo y servir a un mundo perdido que sufre. En el pasaje de hoy, leemos acerca de Zaqueo, quien comenzó a demostrar las cualidades que vio ejemplificadas por el Señor.
Comprensión: Aunque estaba rodeado por una multitud, el Señor se detuvo y se fijó en un hombre en particular que estaba trepado a un árbol. Zaqueo era odiado y rechazado porque era un recaudador de impuestos. Aunque era rico, le faltaba algo, y Cristo reconoció su necesidad. Conocemos a muchas personas como Zaqueo, necesitadas, vacías, solitarias y en busca de esperanza. Pero con frecuencia, estamos distraídos por nuestras actividades, y ni siquiera nos damos cuenta de las necesidades de esas personas.
Accesibilidad: El Señor se dirigía a Jerusalén para llevar a cabo el acto más importante en la historia de la humanidad, que fue nuestra redención. Sin embargo, se detuvo para dedicarle tiempo a un hombre con necesidades espirituales.
Aceptación: Aunque Zaqueo era un pecador notorio, el Señor no le dijo: “Corrige primero tu conducta, y entonces iré a tu casa”. No estamos llamados a corregir a las personas, sino a compartir con ellas el evangelio transformador de Cristo.
¿Qué tal le está yendo a usted en su servicio a quienes le rodean? Tal vez sea el momento de fijarse en quién pueda estar necesitado. Dios pone todo tipo de oportunidades en nuestro camino, pero si no les prestamos atención las perderemos. A veces, solo necesitamos hacer una pausa, orar y abrir los ojos.
Devocional original de Ministerios En Contacto