¿Tiene una persona como esta en su vida, alguien con quien compartir sus alegrías y tristezas, puntos fuertes y debilidades, temores y dolor?
1 Samuel 18.1-4
Los amigos genuinos son tesoros únicos. De manera muy limitada, son el reflejo del compañerismo perfecto de los miembros de la Trinidad. Estamos hechos a la imagen de Dios (Génesis 1.27); y por tanto, el Señor nos creó para relacionarnos de manera significativa con otros. De hecho, es difícil florecer si vivimos aislados. Por designio divino, estamos hechos para compartir la vida con otros, así como para dar y recibir amor. Hay amistades de todo tipo, desde las superficiales hasta el compañerismo cercano y personal. Aunque usted pueda tener muchos conocidos, puede seguir estando solo a menos que tenga uno o dos amigos cercanos. Si Dios le ha bendecido con una amistad íntima, esfuércese en dedicarle tiempo para desarrollarla y cultivarla.
Jonatán y David ejemplificaron este tipo de amistad. Uno era príncipe y el otro pastor de ovejas, por lo que no parecían los amigos ideales. Sin embargo, el estatus social no les importaba. Además de demostrar humildad, mostraban un gran respeto por la misma fe y el mismo amor por Israel. Se querían como hermanos y eran generosos el uno con el otro . Por ejemplo, la túnica que Jonatán le dio a David, una preciada posesión del hijo del rey, era evidencia de su lealtad y amor (1 Samuel 18.4). Incluso arriesgó su vida y reputación para salvar a David (1 Samuel 20.30-34) ¿Tiene una persona como esta en su vida, alguien con quien compartir sus alegrías y tristezas, puntos fuertes y debilidades, temores y dolor? Por fortuna, Jesucristo es el mejor amigo que podemos tener, aunque también necesitamos tener una relación cercana con los demás. ¿Qué puede usted hacer hoy para entablar este tipo de amistad?
Devocional original de Ministerios En Contacto