Piensa cuando te hiciste cristiano por primera vez. ¿Entendiste qué esperar? La misión de la Iglesia es proclamar fielmente el evangelio, pero también tenemos la responsabilidad de enseñar a los nuevos creyentes cómo actúa Dios en nuestra vida una vez que somos salvos.
Lo primero que podemos anticipar después de la salvación es acercarnos más al Señor. Como con cualquier relación, esto requiere comunicación bidireccional. Venimos a conocer y amar a Dios a través de Su Palabra, y en oración compartimos nuestra vida con Él. A medida que nuestra comprensión de Él se profundice, la confianza aumentará. Veremos que no tenemos motivos para preocuparnos, porque nuestro Padre siempre se ocupa de nuestras necesidades, ya sean físicas, emocionales o espirituales.
Venimos a conocer y amar a Dios a través de Su Palabra, y en oración compartimos nuestra vida con Él. Mientras nuestra comprensión de Él profundizada, la confianza aumentará. También podemos esperar una guía clara: si nos alineamos con su voluntad y sus caminos, Él promete dirigir nuestro camino (Proverbios 3: 5-6). A veces Su guía es correctiva; Él también nos recuerda las verdades de las Escrituras y alienta la obediencia.
Los problemas no desaparecen una vez que nos hacemos cristianos. De hecho, cualquiera que elija un estilo de vida piadoso puede esperar malentendidos, resistencia e incluso persecución (2 Timoteo 3:12). Además, los creyentes no están exentos de las pruebas que afligen a toda la humanidad.
Al comenzar un nuevo año caminando con Jesús, recuerda que nunca estás solo en tus luchas. Con la fuerza de Cristo, puedes enfrentar con confianza todo lo que se cruce en tu camino.
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