Un corazón agradecido, puede devolverle con gozo una fracción de lo que Dios le ha dado.
Malaquías 3.7-12
Muchos cristianos están familiarizados con las palabras de Dios en el versículo 7 de la lectura de hoy: “Volveos a mí, y yo me volveré a vosotros”. Cuando Malaquías entregó este mensaje al pueblo de Israel, parecían ignorar el hecho de que se habían alejado del Señor. A lo largo del libro, Dios les hizo saber acerca de la condición espiritual que tenían, y siempre respondieron preguntando cómo lo habían ofendido.
En este pasaje, Dios los acusa de robarle al retener las ofrendas y los diezmos requeridos por la Ley para apoyar a los levitas y a los sacerdotes. Dios veía su persistente desobediencia a sus mandamientos como un robo, porque ellos guardaban para sí lo que le pertenecía a Él. Si consideramos todo lo que el Señor nos ha dado, debemos preguntarnos si le estamos robando de alguna manera. Considere estos ejemplos:
• Dios nos ha dado vida y determinado el número de nuestros días
(Sal 139.16). Sin embargo, algunos de nosotros afirmamos que no tenemos tiempo para leer la Biblia ni orar. Podemos estar ocupados, pero nuestra responsabilidad es priorizar el tiempo con el Señor en las 24 horas que nos da cada día.
• Nuestro Padre también nos ha dado destrezas, talentos y dones espirituales, pero muchas veces nos reservamos su uso para nuestra carrera o pasatiempo en vez de servirle a Él.
• Dios es quien nos ha dado la capacidad de trabajar y tener un ingreso, y todo lo que Él nos pide es la primera porción.
¿Existe algo que el Señor le haya dado que esté reteniendo? Con un corazón agradecido, puede devolverle con gozo una fracción de lo que Él le ha dado.
Devocional original de Ministerios En Contacto