…porque polvo eres y al polvo tornarás
…ki afar atah ve´el afar tashuv (hebreo original)
Génesis 3:19

Si bien es cierto que este versículo expresa tristeza y dolor por el pecado cometido en los primeros albores de la raza humana, también encierra una verdad científica bastante contundente, ¡somos polvo! Al observar un puñado de tierra en nuestras manos, no solamente veremos las piedrecitas y el polvo, allí también están los minerales que conforman ese puñado de materia.

La ciencia ha ido descubriendo poco a poco la importancia de estos minerales en diferentes reacciones vitales en nuestros organismos, y que sin la existencia de ellos sería imposible estar en un estado de salud óptimo. Les iré citando algunos de ellos.

Magnesio: mineral que activa más de trescientas enzimas en nuestro organismo, lo llamo el “mineral de la calma”, ya que en concentraciones óptimas influye en gran manera a tranquilizar el sistema nervioso.

Calcio: “el constructor” junto a otros elementos forma parte de nuestros huesos, interviene en la contracción muscular y ayuda a alcalinizar nuestra sangre.

Cromio: nos ayuda a tolerar los azúcares en nuestro sistema, alejándonos de la diabetes.

Y por último el Selenio: anticancerígeno por excelencia, nos ayuda a destruir las células que han sido generadas en mal estado.

Ellos son una pequeña parte de ese gran conjunto de elementos vitales que están dispersos en todo el universo, pero lo cierto es que El Gran Yo Soy nos amonesta y nos recuerda que por más que nos vanagloriemos ¡Somos Polvo!

Toráh y Ciencia
Dr. Benjamín Payano

Porque polvo eres y al polvo tornarás

About The Author
-