Lo más grande que Dios nos ha dado es un alma viviente, consciencia de nosotros mismos. Ahora que tú estás despierto en tu mente, tú puedes escoger correctamente.
De las peores cosas que pasa es que distorsiones el mundo a tu alrededor, basado en tus experiencias pasadas. Todo lo ves sarcásticamente, todo lo cuestionas, pierdes la fe, y dejas de moverte hacia lo que Dios tiene para ti. Pero tiene que haber un día en que tú dejes de culpar a todo el que está a tu alrededor, y aceptes la responsabilidad de tus acciones, y aceptes tu responsabilidad dentro del plan que Dios tiene para ti.
“28 Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. 29 Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. 30 Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó. 31 ¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?” Romanos 8:28
¿Quién puede contra ti? ¿Quién puede detenerte, si Dios fue quien te llamó y Él es el que te ha pedido que hagas y que te atrevas a creer? Tú limitas tu vida por el conocimiento que tú tienes de quien tú eres desde que naciste, pero Dios no te llama basado en lo que Él conoce de ti hoy, sino en lo que Él conoce de ti antes de que tú nacieras. Por eso es que Él dice: Yo llamé a los que predestiné. Antes que tú nacieras, ya Dios te había conocido, te había separado, Él sabía quien tú eras. Él se lo dijo al profeta Jeremías. Antes de que me pongas cualquier excusa, antes de todo lo que te ha pasado, yo te conocía, y yo te estoy llamando, no basado en lo que conozco de ti hoy, sino en lo que conozco de ti antes de que tú te conocieras aún a ti mismo. Tu potencial no está en lo que tú conoces de ti, sino en lo que Dios conoce de ti antes de que tú mismo conocieras quien eres.
Tanto en la iglesia como en el mundo, por lo general, se dice que lo más grande que Dios le dio al hombre es el libre albedrío, la capacidad que tú tienes para escoger; pero no es así. Si así fuera, y tú no sabes qué hacer con él, sería tu mayor destrucción. Lo más grande que Dios nos ha dado es un alma viviente, consciencia de nosotros mismos. Ahora que tú estás despierto en tu mente, tú puedes escoger correctamente.
Cuando tú estabas muerto en pecado, tus decisiones eran incorrectas; tenías libre albedrío, pero todo lo que hacías, lo hacías mal. Entonces, ¿de qué te servía el libre albedrío, si todo lo que decidías era mal, y traía malas consecuencias a tu vida? Pero el día que despertaste a la realidad de quien tú eres en Cristo Jesús, el día que le entregaste tu vida al Señor, el día que tú sabes y entiendes quien tú eres, ahora puedes tomar decisiones correctas, usar el libre albedrío de forma correcta para llegar a ser todo lo que Dios quiere que tú seas, para que se desate tu potencial. Dios te hace llegar esta palabra, y abre tus ojos espirituales para que conozcas cómo Él te ha visto, para que te atrevas a aceptar el llamado por encima de tu pasado, salir de donde te encuentras y comenzar a tener las experiencias que Él tiene para ti; para que te atrevas salir como Abraham cuando Dios le dijo: Sal de casa de tu padre y de tu parentela. Dios le dijo: Atrévete a salir; voy a hacer contigo algo más grande de lo que tú jamás habías pensado, más poderoso de lo que jamás habías vivido. Abraham tomó responsabilidad en su vida, y siguió hasta alcanzar la promesa, porque entendió que Dios lo había conocido antes de que aún él se conociera a sí mismo.
Cuando miras la Biblia, todos los hombres y mujeres de Dios siempre pusieron excusa para hacer lo que Dios les estaba pidiendo. Y siempre las excusas eran basadas en la historia que ellos habían creado de sí mismos. Dios te ha llamado por encima de todas esas cosas, de tu pecado, de tus faltas, de tu pasado, de tu problema; ya Dios te había llamado, Él te había conocido. Hoy Dios te está diciendo: Acepta mi llamado, atrévete a salir de donde estás, y vive todo lo que yo tengo preparado para tu vida. No dejes que tu prejuicio te limite en la experiencia que Dios quiere contigo. Si no te atreves a hacerlo, a tomar responsabilidad en tu vida, le estás diciendo a tu mente que tu vida no tiene ningún valor, y que no importa cómo vives. Pero sí importa como tú vives, tu vida sí tiene valor, y tiene que llegar un momento en que tú te conozcas como Dios te conoció antes de que tú te conocieras a ti mismo. Tu potencial no se basa en las experiencias que has vivido, sino en que Dios te conoció antes que tú nacieras, y ya desde antes tenía un propósito y un llamado para tu vida. Atrévete a aceptar el reto de conocer quien Dios sabe que tú eres.
En la Biblia, vemos siete ocasiones en que Dios cambia el nombre de ciertas personas, dejándoles saber que no importa lo que el mundo pensara de ellos, sino lo que Él siempre ha pensado de ellos. Cambia el nombre de Abram a Abraham, padre de mucha gente, a un hombre que no tenía hijo. Porque Dios no te llama basado en tus circunstancias presentes, sino en lo que Él conoció de ti y lo que Él sabía que Él iba a hacer contigo. Abraham no era infértil; la que se volvió infértil fue Sarah, por un error de Abraham, que les costó veinticinco años de espera. Abraham nunca debía creerse la historia de que no se iba a cumplir el plan de Dios para su vida a pesar de sus errores. Abraham tenía que seguir creyendo por encima de sus errores, de su pasado, que lo que Dios había dicho se iba a cumplir porque Dios lo había declarado desde antes que él naciera y cometiera sus errores. Tu historia y tu final no debe estar basado en tu edad cronológica y en las experiencias que has vivido, sino en lo que Dios ha dicho de ti antes de que tú te conocieras a ti mismo. Atrévete a aceptar ese llamado, a salir; toma responsabilidad en tu vida, y mira todo lo que Dios puede hacer contigo.
Devocional original de Otoniel Font