Dejar que la Palabra de Dios sea nuestra guía exige cambios de pensamiento, actitudes y conducta.
1 Timoteo 4.4-10
Puesto que los pensamientos dan forma a las convicciones, y las convicciones, a su vez, determinan el estilo de vida, una mentalidad acorde con la Biblia es de vital importancia. Cada día elegimos si será el mundo o la Palabra de Dios lo que moldeará nuestros pensamientos. Aunque la mayoría de nosotros afirma creer en la Biblia, a veces nuestras acciones no concuerdan con nuestras palabras.
¿A dónde acude usted cuando necesita consejo en cuanto a una decisión importante? La Internet, la radio y la televisión ofrecen una gran cantidad de información que puede ser tanto beneficiosa como perjudicial. Los compañeros de trabajo, la familia y los amigos son también fuentes de consejo de fácil acceso, pero ¿son sus palabras de razonamiento mundano, o de sabiduría de lo alto? Nuestro único recurso seguro para la orientación sabia y verdadera es la Biblia. Pero, por desgracia, no siempre buscamos dirección en sus páginas, sino que confiamos en la inteligencia humana y en las preferencias personales.
Hebreos 4.12 describe a la Palabra de Dios como “viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos”, que penetra hasta las partes más profundas del alma. Quienes se resisten a rendirse a su incisivo trabajo, destronan, en esencia, al Señor por su negativa a escuchar y obedecer. Pero quienes están dispuestos a ser alimentados por la Biblia, aceptando su amonestación y su corrección, descubrirán las riquezas de una vida de fe.
Dejar que la Palabra de Dios sea nuestra guía exige cambios de pensamiento, actitudes y conducta. Sin embargo, cualquier ajuste en estilo de vida, sacrificio o disciplina que generen santidad, darán por resultado beneficios eternos.
Devocional original de Ministerios En Contacto