Es esencial que escuchemos críticamente para proteger nuestra fe de las falsas enseñanzas.
Mateo 7.15-23
La seguridad física es una preocupación natural, pues el mundo está lleno de inestabilidad, conflictos y ataques terroristas. Debemos preocuparnos con razón por la protección de nuestra comunidad. Sin embargo, cuando se trata de la seguridad espiritual, las iglesias a menudo descuidan la protección contra las personas que minan nuestra fe. Cristo los llamó lobos vestidos de ovejas, e hizo unas advertencias severas para alertarnos. Estos lobos son maestros y profetas falsos que parecen ser guías espirituales genuinos, pero, en realidad, están llenos de artimañas para hacer avanzar sus planes. Se ven bien y dan buena impresión, pero, por dentro, están consumidos por la soberbia y la egolatría. Nada de esto es evidente de inmediato, porque predican un evangelio falso de manera convincente. Sin embargo, poco a poco mezclan inexactitud con hechos, y las personas parecen olvidar que la verdad mezclada con la mentira no es más que engaño. Usted puede reconocer a estas personas de varias maneras. El Señor Jesús dijo que darían un fruto que, al final, revelarían su verdadero carácter.
Cuestionan sutilmente la autoridad y la pertinencia de la Biblia.
Dicen poco sobre vivir en santidad u obedecer a Dios.
Equiparan la obediencia al Señor a vivir como uno desee.
Les preocupa menos el bienestar de las ovejas que tener seguidores.
Esta es una llamada de atención a cualquier persona que esté dormitando en los bancos de la iglesia. No podemos permitirnos el lujo de creer todo lo que escuchemos. Siga el ejemplo de los bereanos, que fueron elogiados por usar las Sagradas Escrituras para evaluar todo lo que se les enseñaba (Hch 17.11).
Devocional original de Ministerios En Contacto