El Padre celestial nos rescató de la muerte, y se niega a darles la espalda a sus hijos.
Éxodo 32.1-14
Muchos creyentes temen que Dios pueda rechazarlos si pecan demasiado, no leen la Biblia a diario o lo disgustan de alguna otra manera. Pero nuestra salvación y confianza en el Padre celestial se basa en su carácter inmutable.
La falsa creencia de que el Todopoderoso pueda rechazar a una persona que ha salvado surge de una visión simplista de su naturaleza. Tendemos a atribuir una emoción a Dios en cierto momento; por ejemplo, podríamos asumir que está enojado o que está feliz. En realidad, la naturaleza del Padre celestial es mucho más compleja. Pensemos en nuestras propias emociones simultáneas: así como podemos amar a un hijo incondicionalmente al mismo tiempo que nos sentimos molestos por sus acciones, el Padre celestial también puede hacerlo. Recuerde que la ira justa que lo llevó a amenazar a los israelitas con el castigo no cambió su cuidado por ellos.
Algunas personas señalan pasajes como el de hoy para tratar de probar que Dios cambia de opinión y, por tanto, podría reconsiderar lo que ha prometido. Pero Él sabía que Moisés intercedería por el pueblo, al igual que sabe cuándo no cumpliremos con sus normas. El Padre celestial nos rescató de la muerte, y se niega a darles la espalda a sus hijos. La inmutabilidad de su naturaleza significa que el Altísimo nos amará, aun cuando fallemos.
Devocional original de Ministerios En Contacto