Nuestra tarea es crecer en la verdad, escuchar la dirección personalizada de Dios, y apoyar a otros creyentes en su andar cristiano.
1 Corintios 8
Aunque comer carne ofrecida a los ídolos no es un tema polémico hoy en día, Primera a los Corintios 8 podría hacer que nos preguntáramos si Dios tiene un doble criterio en cuanto a la conducta cristiana. ¿Cómo podemos reconciliar las diferentes convicciones de los creyentes? Primero, debemos reconocer que algunas normas morales son evidentes para todos. Estas son permanentes y no cambiarán, sea cual sea la situación. Pero otras convicciones se basan en el conocimiento o las creencias. Estas variarán de una persona a otra.
La conciencia no es estática. Por el contrario, crece de acuerdo con la verdad que uno escuche y reciba. Antes de que usted se convirtiera en cristiano, es probable que no rechazara actividades, pensamientos o actitudes que ahora considera inaceptables. A medida que su conocimiento de Dios y su Palabra han crecido, también lo ha hecho su conciencia. Puesto que todos maduramos a ritmos diferentes, la conciencia de cada persona se basa en su propia comprensión y debilidades personales. En estos aspectos variables, lo que está mal para un creyente puede ser aceptable para otro.
Entonces, ¿cómo debemos obrar con aquellos cuyas convicciones no coincidan con las nuestras? Primero, debemos entender que no nos corresponde a nosotros condenarlos ni juzgarlos. El Espíritu Santo guía a cada creyente en el camino que debe seguir, según su diseño, y da una conciencia con sensibilidad basada en el conocimiento que tiene de esa persona. Nuestra tarea es crecer en la verdad, escuchar la dirección personalizada de Dios, y apoyar a otros creyentes en su andar cristiano.
Devocional original de Ministerios En Contacto