El pasaje de hoy ofrece una imagen de lo que puede suceder cuando los creyentes no escuchan a Dios.

Génesis 3.1-13

El pasaje de hoy ofrece una imagen de lo que puede suceder cuando los creyentes no escuchan a Dios. Eva sabía tan bien las instrucciones del Señor, que las repitió casi palabra por palabra a la serpiente. Sin embargo, el orgullo y el deseo la vencieron, y fue engañada. Eva dejó de escuchar a Dios y abrió sus oídos a la voz equivocada. Piense en cuántas voces escuchamos en un día cualquiera. Artículos, podcasts e incluso amigos y familiares nos bombardean la mente con ideas y filosofías. Escuchamos mensajes superficiales envueltos en un lenguaje bonito. Es fácil caer en el engaño, a menos que renovemos nuestra mente con la Palabra de Dios.

Eva se metió en problemas con tan solo hacer una breve pausa y escuchar las palabras de la serpiente. Satanás torció el significado de lo que Dios le dijo, para tentarla a alejarla de la verdad y caer en el error. Le aseguró que en vez de caer muerta, llegaría a ser como Dios: ¡Sus ojos se abrirían, y ella conocería la verdad! En un sentido, las palabras de Satanás fueron precisas, pero no ciertas. Los ojos de Eva fueron abiertos; sin embargo, el conocimiento no era tan maravilloso como lo implicaba la serpiente. Fue despertada a su propia naturaleza pecaminosa y al abismo que se había creado entre ella y Dios. Además, el cuerpo físico de Eva sufriría la muerte como resultado de su pecado. Tenga cuidado cuando los mensajes compitan por su atención. Satanás, que es tan astuto hoy como lo fue en el Edén, se viste de engaño para sonar como si dijera la verdad; aunque miente cuando habla (Jn 8.44). Por eso, sintonícese con Dios y los principios de su Palabra. Él solo dice la verdad.

Devocional original de Ministerios En Contacto

Cuando no escuchamos a Dios

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