El ayuno tenemos que verlo no como un sacrificio, tenemos que verlo como una oportunidad para hacer algo para acercarnos y dedicarnos al Señor en cierto momento. Hay diferentes tipos de ayuno. Lo que uno debe de tener cuidado es no estructurar algo, no hacerlo como una religiosidad, diciendo que no podemos ni siquiera oler la comida. Si usted es una persona que tiene cierta enfermedad y necesita comer cierto alimento, o tomar ciertos medicamentos con algún alimento, eso no le va a impedir ayunar.
Hay personas que su ayuno incluye jugos de frutas, o agua, o nada más unas horas en el día, lo importante es la actitud de su corazón y lo que usted puede hacer. Es peor no hacer nada, simplemente porque dicen que no tienen la capacidad de no comer en 24 horas. Hágalo según su capacidad, ya sean 12 horas, o si simplemente por su salud usted no puede dejar de consumir algo, abstengase de ciertos alimentos.
El asunto no es creer que el ayuno es como lo hace cierta persona, o como lo leí en un libro, es de acuerdo a nuestra capacidad.
En la Biblia el ayuno aparece en momentos extraordinarios, de un pueblo, de una familia, de una persona. Hay momentos en los que sientes que lo has hecho todo y nada ha funcionado, esos momentos muchas veces son apropiados para un ayuno.
El ayuno genera una pre-disposición y una conciencia de oración, no es lo mismo no ayunar y orar, que estar ayunando y orando, el ambiente cambia totalmente, se transforma todo, te predispone a orar y ese ambiente genera entre muchas cosas, fe y entonces cuando tú oras con esa fe dentro del ambiente generado del ayuno, póngale la firma ahí Dios va a actuar de alguna forma.
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