Cuando Moisés tenía miedo, al principio, Dios le dijo que fuera en el nombre de “Yo Soy el que Soy”. ¿Sabes tú que Dios es el que es? ¿Estás tú consciente de que no hay Faraón que te mantenga en Egipto más tiempo del que Dios ha dicho?
Dios no es tan solo el creador de todas las cosas, él es el dueño de todas las cosas. Él es el que manda, el que ordena, el que pone, el que quita, el que remueve. Si Dios tiene que cambiar una ley para favorecerte a ti, Dios mueve todo el Senado, para hacerlo. La gente lo puede ver como arrogancia, pero tú tienes que saber quién tú eres y pararte firme.
En el capítulo 2 del libro de Josué, vemos que Josué se prestaba a entrar a la tierra prometida. Él ya llevaba cuarenta años listo para enfrentar los gigantes. El tiempo de espera para la conquista, o te quita la fe, o te la aumenta. Por tener que esperar, cuando llega el momento de pelear, o estás listo para hacerlo, o ya no es lo suficientemente valioso para hacerlo. Josué, cuando llegó el momento, estaba listo. Estaba tan listo que sacó la espada cuando se encontró con el ángel.
En Josué 2, Josué manda espías a la tierra. Estos espías van a la casa de Rahab, quien los protege, para que no los maten, pidiendo a cambio que, cuando entraran a conquistar la tierra, salvaran a su familia. Pero añadió algo muy peculiar. Dijo que hacía esta petición, porque habían visto lo que Jehová había hecho con ellos. Los demás tenían miedo, pero ella los ayudaría.
Cuando el mundo ve que es Jehová quien te está dando la victoria, van a aparecer dos tipos personas: los que van a huir de delante de ti, y los que te van a ayudar.
Todo el que te está intimidando va a tener que salir corriendo.
Escrito por Pastor Otoniel Font