Dios nos da hermanos en la fe para que sean nuestros motivadores, mentores, amigos y colaboradores.
Éxodo 17.8-13
El Señor diseñó el plan para la vida de usted antes de la fundación del mundo, y cada día le guía por el camino marcado con su nombre. Él nunca tuvo la intención de que usted caminara solo. Los seres humanos fueron creados para relacionarse unos con otros. Por eso, quiero decirle con toda seguridad que Dios mismo le ayudará. Pero, además, Él nos da también hermanos en la fe para que sean nuestros motivadores, mentores, amigos y colaboradores.
No hay un solo personaje de la Biblia para quien la búsqueda de Dios fuera una aventura en solitario. Pensemos en Moisés, por ejemplo, el héroe humano de la liberación de Israel, el receptor de los Diez Mandamientos y el líder de los israelitas durante el largo viaje hacia la Tierra Prometida. Pareciera como una operación dirigida por un solo hombre, pero Moisés tenía una red de amigos y parientes que le daban sabios consejos y la ayuda necesaria. Él confiaba en Aarón y Hur.
Para la batalla contra Amalec, Dios diseñó una estrategia que involucró a tres hombres. Moisés envió a Josué a liderar el ejército, mientras que él mantenía levantada su vara en honor al Señor que les había prometido la victoria. Cuando la resistencia de Moisés flaqueaba, Aarón y Hur sostenían sus brazos en alto, dándole fuerzas para apoyar su misión. ¡Qué hermoso símbolo de amistad verdadera!
La autosuficiencia no es lo que Dios desea para sus hijos. Un grupo de personas bien conectadas puede hacer mucho más que un hombre o una mujer actuando solos. Moisés lo demostró. Fue un líder sabio y formidable, debido en parte al apoyo y al consejo de amigos que compartían su mismo sentir.
Devocional original de Ministerios En Contacto