Conocer la Palabra de Dios es lo que nos ayudará en nuestra búsqueda de sabiduría divina.
2 Corintios 11.13-15
Juan nos dice que el mundo entero está en poder del maligno (1 Jn 5.19). Por esta razón, el discernimiento espiritual es de suma importancia. Felizmente, Hebreos 5.11-14 recuerda a los creyentes “que tienen la capacidad de distinguir entre lo bueno y lo malo, pues han ejercitado su facultad de percepción espiritual” (NVI). En otras palabras, podemos mejorar en la distinción entre verdad y error por medio de la práctica.
En el pasaje de hoy, Pablo menciona que estaba tratando con falsos apóstoles disfrazados de ministros de justicia. Lo mismo sucede hoy: tales ministros están por todas partes, “vendiendo su mercancía”. Es su intento de llevarse a aquellos que siempre están aprendiendo, pero que nunca llegan a comprender la verdad (2 Ti 3.7).
Podemos encontrar difícil competir en astucia con los falsos apóstoles, pero podemos someterlos a la prueba de obediencia que se encuentra en 1 Juan 2.4: “El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él”. Sin embargo, esta prueba funciona solo si nosotros mismos conocemos la verdad. Sumérjase en las Sagradas Escrituras hoy para que pueda “[examinarlo] todo y [retener]lo bueno” (1 Ts 5.21). Conocer la Palabra de Dios es lo que nos ayudará en nuestra búsqueda de sabiduría divina.
Devocional original de Ministerios En Contacto