Tenemos la salvación por la gracia de Dios —su inmerecido y tierno amor por nosotros— y el costo de la sangre de Cristo.
Juan 3.16, 17
Para comprender en verdad lo que Jesucristo hizo por nosotros en la cruz, y poder compartir el evangelio de manera efectiva, es esencial tener una comprensión precisa de los términos que usamos para describir la salvación.
Salvos (Ef 2.8). Este es un sinónimo de rescatados. La humanidad necesita ser rescatada porque, sin Cristo, estamos destinados a la ira divina, al infierno y a la separación eterna de Dios.
Redimidos (Ef 1.7). La redención implica una transacción. Nuestra salvación fue comprada por el derramamiento de la sangre de Jesucristo.
Justificados (Ro 5.1). Cuando una persona pone su fe en Cristo, Dios la perdona y le quita su culpa.
Reconciliados (2 Co 5.18-21). La salvación tiene como resultado una relación con Dios. Una vez estuvimos separados de Él, pero ahora somos sus hijos, y Él nos llama sus amigos (Jn 15.15).
Utilizar palabras como redención, justificación y reconciliación puede no ser efectivo cuando se presenta el evangelio a alguien que no está familiarizado con el lenguaje que suele usarse en la Iglesia. Sin embargo, es importante que entendamos lo que la Biblia enseña en cuanto a la salvación, y estos términos nos brindan un marco para explicar la buena nueva a otros.
Debemos reconocer que no somos salvos por nuestras obras o méritos personales. Tenemos la salvación por la gracia de Dios —su inmerecido y tierno amor por nosotros— y el costo de la sangre de Cristo. No desestimemos cómo nos ha salvado Dios: enviando a su Hijo a morir en nuestro lugar.
Devocional original de Ministerios En Contacto