Declaración:
Él da la sabiduría a los sabios y la ciencia a los entendidos. Daniel 2:21
Hoy yo decido escoger la sabiduría y el entendimiento y recibir la revelación de Dios.
El Salmo 25:14 en una de las paráfrasis dice: “Ser amigo de Dios, es privilegio de los que lo reverencian; solo con ellos, comparte Él los secretos de sus promesas.” Y en el libro de Proverbios dice que el principio de la sabiduría es el temor de Dios.
A través de Su Palabra, el Señor nos dice cómo obtener esa sabiduría, ese entendimiento, la revelación y aún la inteligencia y ciencia. El principio de la sabiduría es el temor de Dios, reconocerlo a Él como el dador de todas las cosas, reverenciarlo, obedecerlo, cumplir sus mandamientos. Cuando lo reconocemos como Dios, como el todopoderoso, lo reverenciamos y veneramos entonces empezamos a tener una relación íntima con Él y ahí es donde nos da a conocer Sus secretos, que están guardados en Sus promesas para sus hijos. Empezamos entonces a entender cosas que no entendíamos antes, recibimos revelación, dirección, discernimiento. Nuestra vida va a manejarse con buen juicio, a demostrar inteligencia y buen entendimiento.
Este es un mes para buscar la revelación que viene directamente de Dios, para entender los tiempos y estaciones, como los hijos de Isacar, de los cuales dice la Palabra que eran entendidos en los tiempos y que sabían lo que Israel debía hacer y cuyo dicho seguían sus hermanos, según 1 Crónicas 12:32. Podemos pedirle a Dios entender los tiempos y saber qué es lo que tenemos que hacer en diferentes épocas y estaciones.
Entramos a un tiempo donde el Señor quiere revelarnos secretos, darnos a conocer Sus planes, dirección, orientación y dirigir nuestro camino por las sendas que Él ya ha planeado para nosotros. Es importante estar conscientes que Dios ha establecido un camino y que debemos caminar por esas buenas obras que de antemano preparó para nosotros. Él tiene un plan para nuestra vida y una voluntad agradable y perfecta.
Cuando decidimos aceptar a Cristo Jesús como nuestro Salvador y hacerlo Señor de nuestra vida, debemos entender que Dios tiene un plan, que nuestra vida no es producto de la casualidad y que tenemos un propósito y una voluntad que cumplir. Somos parte de un plan perfecto para el tiempo y lugar de la historia que nos ha tocado vivir, fuimos creados con un diseño especialmente para vivir aquí y hoy y solo yo puedo cumplirlo. Así que hoy decidimos caminar en Su revelación y que Su voluntad se haga aquí en mí como está establecida en el cielo y que Su Reino venga y se manifieste en cada etapa de mi vida.
Con amor,
Juanita Cercone