Solo hay una manera de tener éxito: no esforzándonos más, sino enfocándonos en Cristo.

1 Tesalonicenses 5.16-18

Los tres mandamientos en el pasaje de hoy pueden parecer sencillos porque son cortos, pero a muchas personas les resulta difícil obedecerlos. Nuestras vidas están tan llenas de responsabilidades y actividades que resulta casi imposible cumplir con todas ellas, y ni hablar de vivir como ordenan estos versículos. Solo hay una manera de tener éxito: no esforzándonos más, sino enfocándonos en Cristo. Cuando Él se convierta en el centro de nuestra atención, nuestra actitud y conducta cambiarán. Podemos:

Estar gozosos siempre. El saber que nuestro Dios está todo el tiempo con nosotros pone a las circunstancias que nos preocupan en su lugar apropiado: bajo la autoridad de Él. También nos ayuda a sentir el gozo de su compañía, incluso en medio del dolor.

Orar sin cesar. Es importante reservar tiempo cada día para presentarnos ante el Señor con nuestros problemas y peticiones. Pero los creyentes también debemos anhelar una conversación continua con Dios que se exprese mental o verbalmente.

Dar gracias en todo. Si nuestras mentes están puestas en el Señor cada día, podremos dar gracias a Él, cualquiera que sea la situación. Eso es porque sabemos que está con nosotros y que hará todo para nuestro bien, si no aquí, entonces en el cielo.

Estas tres advertencias son un llamado a buscar a Cristo. Si nos absorben otros pensamientos es fácil sentirnos irritados y afanados por todo. Pero cuando comenzamos cada día con la Palabra de Dios, recordamos los mandamientos del Padre celestial y su cuidado de nosotros.

Devocional original de Ministerios En Contacto

Una conciencia de Dios

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