El resentimiento es como un suelo fértil para la maleza.
Lucas 17.3, 4
El resentimiento es como un suelo fértil para la maleza. Es la fuente de lo que puede destruir nuestra relación con otras personas y con Dios. A veces se disfraza, por ejemplo, cuando una persona dice que ha perdonado las ofensas pasadas, pero demuestra amargura. El resentimiento puede aferrarse en el corazón y esconderse sin que uno sea consciente de ello.
Considere las siguientes preguntas para ver si necesita perdonar a alguien:
• ¿Ha estado esperando que cierta persona reciba lo que se merece?
• ¿Habla negativamente de esa persona a los demás?
• ¿Fantasea con venganza, aunque sea leve?
• ¿Piensa en lo que alguien le hizo?
• ¿Qué siente cuando a esa persona le sucede algo bueno?
• ¿La culpa por lo que sucedió en su vida?
• ¿Le resulta difícil ser abierto y confiar en la gente?
• ¿Se enoja, deprime o amarga con frecuencia?
• ¿Le resulta difícil o imposible dar gracias a Dios por la persona que le ha agraviado?
Tómese un momento para dejar que el Señor examine su corazón. ¿Encontrará Él allí resentimiento?
Devocional original de Ministerios En Contacto