Dios quiere que tengamos confianza en cuanto a nuestra salvación y ha explicado claramente el plan.
1 Juan 5.11-15
Dios nunca trata de engañar o confundir a los creyentes. Él quiere que tengamos confianza en cuanto a nuestra salvación y ha explicado claramente el plan. Sin embargo, sí hay alguien que quiere confundirnos: Satanás, quien sabe que las dudas nos harán menos efectivos. He aquí las cuatro estrategias principales que utiliza:
1. El pecado. Cuando cedemos a la tentación, nuestro enemigo pone sobre nosotros un sinfín de sentimientos de culpa para que pensemos: ¿Cómo puedo ser salvo si estoy viviendo así? Pero la Biblia nos asegura que no hay ninguna condena para los creyentes en Cristo (Ro 8.1).
2. La ignorancia. Si no estamos inmersos en la Palabra de Dios, es fácil tener una imprecisa noción de lo que sucedió cuando vinimos a la fe. Pero si estamos bien fundamentados, es menos probable que dudemos de nuestra salvación.
3. Los sentimientos. Una vez que somos salvos, nada puede arrebatarnos de la mano del Padre (Jn 10. 28, 29). No obstante, el pesar y la vergüenza pueden hacer que deseemos ocultarnos, en vez de confesar y mantener limpias las líneas de comunicación con Dios (vea Gn 3.8; 1 Jn 1.9). Tenga en cuenta que los sentimientos no tienen nada que ver con la verdad de que hemos sido salvos.
4. El acoso. A veces, el diablo viene hacia nosotros como un león rugiente, y otras veces como un ángel de luz (1 P 5.8; 2 Co 11.14). Cualquiera que sea su táctica, él quiere que quitemos nuestra mirada de Jesús. Pero la Palabra de Dios promete que ninguna arma forjada contra los creyentes prosperará (Is 54.17).
Dedicar tiempo a la Palabra de Dios le ayudará a mantenerse seguro de su salvación y a estar mejor preparado para rechazar las estrategias de Satanás.
Devocional original de Ministerios En Contacto