Los pensamientos y los caminos de nuestro Padre celestial son mucho más altos que los nuestros y más sublimes en comparación con lo que podemos entender.

Isaías 40.12-26

Cuando piensa en Dios, ¿qué le viene a la mente? Muchas veces, las personas lo visualizan de la manera que se adapta mejor a su necesidad o situación particular. Por ejemplo, una persona que lucha con el sentimiento de culpa, puede centrarse en el perdón o la santidad del Señor. Y alguien con sed de justicia puede insistir en la justicia del Todopoderoso. La verdad es que el carácter de Dios abarca mucho más de lo que pudiéramos entender, o incluso tratar de explicar. Yo jamás intentaría resumir a un Dios tan asombroso en esta meditación devocional, pero es importante mirar la Palabra de Dios para tener una imagen precisa de Aquel a quien adoramos.

Hoy nos enfocaremos en un atributo: la grandeza del Señor. El pasaje de Isaías 40 nos dice que Dios es más grande que la creación (Isaías 40.12), porque fue por medio de sus manos que llegó a existir lo que vemos. Él es superior a las naciones o cualquier ídolo creado por el mejor artesano (Isaías 40.17-20). En realidad, está por encima del mundo y de toda la humanidad (Isaías 40.22, 23), sobrepasando incluso los cielos y las galaxias. Los pensamientos y los caminos de nuestro Padre celestial son mucho más altos que los nuestros (Isaías 55.9), y más sublimes en comparación con lo que podemos entender. El Salmo 93.1 dice: “Jehová reina; se vistió de magnificencia; Jehová se vistió, se ciñó de poder”. Reflexione en cuanto al Dios maravilloso que adoramos. Él de verdad es digno de nuestra alabanza, y debemos adorarlo con humildad. Después de todo, ¿quiénes somos para que desee nuestra amistad, al punto de enviar a su Hijo a morir por nuestros pecados?

Devocional original de Ministerios En Contacto

La grandeza de Dios

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