Dios nos ha llamado a vivir una aventura de obediencia, y no a vivir cómodamente.

Isaías 6.8

Creo que es evidente que la sociedad en que vivimos es muy egocéntrica, y lo mismo podría decirse de la iglesia. Cuando un cuerpo local de creyentes tiene un enfoque interno, su efectividad en el ministerio comienza a disminuir, y el andar de fe de cada miembro se frena. Muchos creyentes quieren que su iglesia sea acogedora. Vienen a escuchar un sermón agradable, a tener compañerismo y a satisfacer sus necesidades. Pero Dios nunca ha querido que la reunión de su pueblo sea un club. Él nos llama a unirnos a un ejército que lleve el evangelio a territorio enemigo.

Una Iglesia efectiva —que represente una verdadera amenaza para el enemigo— es un grupo de personas al que se le ha enseñado la verdad de las Sagradas Escrituras, ayudado a madurar espiritualmente y capacitado para el servicio. Pero todo esto con el fin de que la Iglesia vaya al mundo, no para convertirse en un santuario exclusivo de comodidad cristiana. La urgencia de la orden del Señor y la desesperada situación de la humanidad deben motivarnos a hacer a un lado nuestro compañerismo, para compartir el mensaje de salvación en Cristo. Evitar esta responsabilidad es desatender el plan del Padre celestial para nuestra vida y perder la oportunidad de ayudar a expandir su reino. A ninguno de nosotros le gustaría desperdiciar tiempo o energías en cosas triviales y, por ende, perderse del emocionante gozo de hacer la voluntad de Dios. Él nos ha llamado a vivir una aventura de obediencia, y no a vivir cómodamente. Responda a su llamado y ayude a llenar el reino de Dios de personas de toda tribu y nación.

Devocional original de Ministerios En Contacto

La iglesia cómoda

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