Podemos tener contentamiento en todas las circunstancias gracias a la fortaleza que Cristo nos da.

Filipenses 4.10-13
El contentamiento es algo que todos deseamos, pero rara vez lo tenemos. Si nos llega, por lo general parece de corta duración. Y a menudo pensamos que la satisfacción es posible solo si todas nuestras circunstancias son cómodas y no hay conflictos o malentendidos. El apóstol Pablo demuestra que las condiciones perfectas no son fuente de contentamiento. Escribió su carta a los filipenses mientras estaba en una prisión romana. El contentamiento fue algo que tuvo que aprender a través de dificultades y sufrimiento. Pablo confiaba en verdades espirituales que le permitían enfrentar sus dificultades sin quejas, ansiedad o temor.

En cada prueba, tenemos la opción de analizar la situación desde nuestro punto de vista o el de Dios. Dependiendo de nuestro enfoque, actuaremos de manera emocional o según la Palabra de Dios y sus promesas. La turbulencia interna y la agitación externa se producen cuando nos enfocamos en sentimientos y no en principios espirituales. Pero cuando tenemos por costumbre ver cada asunto desde la perspectiva de Dios, entonces la irritación, la ira y la culpa serán sustituidas por serenidad interna y confianza. ¿Es posible enfrentar pruebas y sentir la paz de Dios? Según Pablo, la respuesta es sí. Podemos tener contentamiento en todas las circunstancias gracias a la fortaleza que Cristo nos da (Filipenses 4.13). Esta no es una reacción natural sino sobrenatural, que solo Dios puede producir en la vida de sus hijos. Si permitimos que las verdades divinas interpreten nuestras pruebas, y confiamos en la capacitación del Espíritu Santo para tener fe, nuestro corazón encontrará descanso sin importar lo que suceda a nuestro alrededor.

Devocional original de Ministerios En Contacto

Para triunfar en los altibajos de la vida

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