Permite que la palabra de Dios habite en tu corazón y en tus pensamientos. Si te ocupas cada día de llenarte de Su Palabra, Dios se ocupará de transformarte a través de ella.

Permite que la palabra de Dios habite en tu corazón y en tus pensamientos. Si te ocupas cada día de llenarte de Su Palabra, Dios se ocupará de transformarte a través de ella.