Deja que tu esperanza sea dueña de tu imaginación; Y esa esperanza debe llegar del amor de Dios en tu vida, del propósito que Él tiene contigo. Y la esperanza de Dios no avergüenza; Él lo va a cumplir.
Deja que tu esperanza sea dueña de tu imaginación; Y esa esperanza debe llegar del amor de Dios en tu vida, del propósito que Él tiene contigo. Y la esperanza de Dios no avergüenza; Él lo va a cumplir.