Si cocinas para ser servido, tu recompensa no es la correcta; pero, si lo haces para servir, y lo haces con efectividad, con razón, con verdad; esa es tu verdadera promoción. Es tu servicio lo que te promueve delante de Dios.

Si cocinas para ser servido, tu recompensa no es la correcta; pero, si lo haces para servir, y lo haces con efectividad, con razón, con verdad; esa es tu verdadera promoción. Es tu servicio lo que te promueve delante de Dios.